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miércoles, 14 de septiembre de 2016

EN EL CIELO Un poema de Nicolás Jiménez



En el cielo hay un espectáculo que nos perdimos
Una fiesta que no vivimos
Celebración a la que no seremos invitados
Sino hasta después de muertos

El desorden de las piedras
Del río que fluye
El rostro de una sirena
Expide luz que enceguece

Luego el asfalto de una ciudad
Como castigo de los dioses
Abruma el momento
Ahoga el grito
De la libertad


Serafines sobre mis cabellos
De emperador chino
Las llagas del pasado
Supuran cenizas
Son los rezagos del miedo

Se mueven las nubes
Sobre mis cabellos frondosos
De medusa

Fabricando fantasías
El tiempo, desgrana segundos
Y los segundos, instantes
Pedazos de eternidad
Multiplicándose
En seres con
Aspectos diversos



La muerte seduce ingenuos ateos
El hocico de Dios, ruge sombras
Que emanan escrituras sagradas

Yo me despierto de la nostalgia
Hay –sobre nosotros mismos-
Una joya que sangra luz blanca

Fardos de pompas de agua
Que estallan en lienzos mentales

Estaciones climáticas hacinadas en la pupila del conejo
Debatiéndose, la corona del misterio

Ríos púrpura
Conducen gestos de sabiduría
Hasta el océano de la ignorancia
Llueven caballos y centinelas
Con báculos de Zeus



En el cielo hay un espectáculo que nos perdimos
Una fiesta que no vivimos
Celebración a la que no seremos invitados
Sino hasta después de muertos

El placer de amar y ser amado
En la voracidad de los espejos
No descansan los instantes
En la osamenta de lo eterno

La vida fluctúa
Se resbala por acantilados de hielo
Su fragilidad ilumina

El camino rocoso del austero

En el cielo hay un espectáculo que nos perdimos
Una fiesta que no vivimos
Celebración a la que no seremos invitados
Sino hasta después de muertos


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