LA ANIQUILACIÓN TOTAL DE LA BELLEZA - Un poema de Nicolás Jiménez

Escribiendo la poesía de las estrellas

Arcoíris incontrolable de una luminosidad exhausta

Capricho de fondos insondables

Lindes del abismo dónde nacen flores ébrias

Allí te canto, aullido de metal

Constipación de delincuencia pictórica

Arrebato de alabastro enceguecido

Ruina lacónica, indumentaria

Que me consuela en el estrado fatídico

Dónde se arrebolan los axiomas

De la insensatez y la locura

Y la impaciencia

Y la precariedad

Y la promiscuidad creativa que nos gobierna

Como toros en corrida

Como cuernos sonoros que anuncian

la aniquilación total de la belleza

EL ATROFIO ESPIRITUAL DE LOS ESTILOS - Un poema de Nicolás Jiménez

Sermones de crucifijos bailables

Se anexan a mis promesas de camaleón

Filosofías australes asesinan al oximorón

Elegías de parsimonias, dolor que no mata

Acongoja, una loza de charcos histriónicos

Semillas aterciopeladas, el cerebro es un pináculo que expulsa polen creativo

Sueter que acuna tus historias de ausencia

Y cafeína. Escapismos profesionales

La existencia, un volcán de erupciones eruditas

Una estrella roncando pléyades y mitologías

Una escafandra aristocrática construyendo paz

En el paraíso del exilio

Y dice entonces la soberbia estomacal de los mosquitos

Entonarás el tiempo en una flauta acojonada

Desafinando huesos en el espesor de la rutina

Y cortando el cuello de la magia

Para que no queden sino los despojos

De un hallazgo submarino

Algo que erizó el metal

Y pudrió sextos sentidos

Hasta el atrofio espiritual de los estilos

CARACOL ALADO - Un poema de Nicolas Jimenez

Por las palabras se desplaza un caracol

Dejando sus sueños babosos

Y todo lo que quiso hacer

Para convertirse en ave de cuatro alas

Por la briza hueca se resbala el ruiseñor

Despistando al recuerdo que viaja

Sin mapa a disolverse en la tierra

Del olvido, donde lo espera el verdadero amor

Por la escamas del silencio

Escalan alpinistas exhaustos

Con la esperanza ardiendo

En sus calcetines, hacia la cumbre

De la satisfacción

Felicidad que no es un murmullo

Del agua cuando el sapo

Salta y las manzanas caen de tus frondas

Corazón de piel, de armadillo

De guante de boxeador,

Que se abre como una flor primaveral

En el sentimiento más sublime

De los misterios que canta la nada

En cualquier rincón oscuro

Donde se retuerce la depresión