Sonaban timbales
La música de los experimentos
Execrando
Labios de malabarista
En el espíritu bohemio
Llovían sargentos
De batallas perdidas
Cuando todo se había muerto
Era el comienzo de la vida
Y no saber, si llorar o reír
El espacio se expandía o reducía
El intelecto no cabía en las nubes
Y el corazón, nada sabía
¿Desición? Preguntas elocuentes
Delirios incontrolables, tal vez
Una nueva película,
O un gendarme con sable de ángel
Llegará el momento que se deslizará
Como jabón por todo tu cuerpo
Piel de mujer, artilugio misterioso
La realidad insondable inspirando secretos
Pensamientos perniciosos
Y la uva del pastel, una genial cebicia.
Tenías cables por todo tu reflejo
Y un instante colgado a tu cielo
Que nunca cayó
Me enrollaba en tu muslo de azafrán
Como un candado eterno
Y me recibías en tu cascarón
Como un indestructible velero
Ya el llanto de nuestra desunión
Llenó con sus aguas este océano
Y los rayos del sol
Música de resurrección
Para nuestros amaneceres
Perdidos en el tiempo
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