Las horas pasan
Ennegreciendo alientos
Que emanan su labios de plomo asesino,
La endechadora de querubines tristes
Hechizera de andamios rotos
Y estatuas renacentistas decapitadas
Boa de cables y esperanzas hambrientas
Sartén de espíritus en pena
Y alzaimers sin víctima
El mar se fue a vaciar
De toda su agua
En el límite del horizonte
Donde bramaron las cascadas
Y el secreto del remolino
Acalló en el fondo del océano
¡Que impacto de dioses
Floreció en el desierto de altamar!
¡Que brillo de aromas
Atacó el diezmo de los astros!
La lluvia revienta de gozo
Y dicha pura en el fin del tiempo
La noche suspira esperanzas violetas
Altamar reclama su fuero interno
Con una espada sombría envuelta
en un manto de libélulas
Y un coro de cirios blancos
Es la gloria del Olimpo
Bramando al unísono
Con todos sus astros
Y el relincho
de las constelaciones
Hace figuras de ángeles
Cabalgando unicornios
Juntando paraísos e infiernos
No hay comentarios:
Publicar un comentario