El amarillo se mece, en el reflejo del agua
Cielo que es espejismo de una gota salpicando
Tu nombre en el aire y el vacío
Corazón de la avispa, la aleta, el pico
En el croar de la muerte, los pajaritos
El buho y las arpas, esta el infinito sonriente
Cuando la serpiente te muerde, silencio
Como la flauta sensible
Te orina el misterio
Verdad es el golpe que dan los pantanos
Y el ruiseñor meditando
Con todos sus cuerpos
Antes de la primera expresión de la sombra
Luz de tambor y semilla que fuiste
El fruto ya había caído
El tiempo trae otoños, veranos e inviernos
Meciendo con fiebre tranquila
La primavera de siempre
Donde los ojos te miran, las ratas te adoran
El templo transmigra el cadaver
Y los patos dan a luz nuevos mundos
Estas tu, tesoro inviolable
Las mañanas son hueso tendidos, en el instante
Se acabó la desidia del zorro, y la mente
Encuentra el refugio de amor en el fango y el loto
Pasan lo ciegos, las moscas, el dolor
Los ancestros, pasan, los libros, las luchas,
Los cuerpos, la angustia, pasan
Y el amor trabaja implacable
Como un leñador dedicado
A cortar lo superfluo
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