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sábado, 1 de febrero de 2014

La vergüenza y el deseo


En la boca de la hiena doy saltos de muerte
Su voz escarpada es un augurio de hielo encriptado en la música pachanguera
De algún lugar ignoto revienta la luna de rabia y mi diablo la ignora
¿qué peor herida podría ser esa?

Sin embargo pienso, 
en la felicidad que la rata humaniza en mis huevos de cera
Con el cielo labrado en la mueca del alma
¿Cuántos defectos no serán reinventados en la lágrima de luz 
que flota en el aire?

Nombres de santos crepitan en la saliva que resbala por la piel de mi sexo
Los huracanes se reducen a un estilo literario y el espejo del espíritu
Provoca un incendio de reflejos

¿Quién es la mujer hotelera?
¿No será más excitante coger con el alma menos prevista
En la sala de espera?

Fantasías de un diós que brinca en los espejos de Mercurio
Y su alegría es una fiesta de sombreros de amor terrorista

El dulce de los espejismos sensibiliza
al caballito de mar del infinito más inquieto
Que gime en la piedra filosofal donde revientan 
los escrúpulos escondidos en los pechos de una universitaria 

El televisor es un chiste desnudo de mi prejuicio 
La música de las neuronas de los muertos es una disco bailable
La botella de Ron es la muerte que rueda en el techo vecino de mi malestar embrujado

¿Qué corazón pirotécnico no estará oliendo ahora
 la sombra atómica de la poesía? 
¿Que recurso de lluvia no estará abriendo el estornudo centrífuga 
de los esperpentos nocturnos en la escuela del aire?

Mi voz es una nota maldita en la tez del sol y mi pez vuela libre del aire en el corazón del vacío sembrando colores y sueños y esperanzas en los desiertos divinos
Donde el hielo se infla y el espacio es un cuchillo que corta el viento en eternidades faustas y cojonudas películas de miel y tiempo y delirio y situaciones incómodas y vergüenza y deseo y vergüenza y deseo…

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