La mente es un ángel púrpura
Mi cerebro un trampolín de espermatozoides
Locura que fustiga con su sombra
En mis castillos de polvo
Se expanden mis pechos azules
Soy horno de esquizofrenia
Y quizás no este muerto
Un sabor a durazno fresco
Me acaricia la entraña
Vivir desde la entraña
Desde el corazón de las tripas
Vivir como si un canto de ninfa te persiguiera
Recordar la verdad en cada rostro
En cada forma que armoniza...
Música del misterio
Música del calor que calcina los huesos
Música de lo luminoso
Música de lo etéreo
Somos santuarios
Y somos salas de parto
Ya no hay diferencia
Entre el vivir
Y el trasegar
Por los límites del naufragio
La locura se ha casado
Con la cordura que nos quedaba
Ahora somos sombras
Dionisíacas, vagando eternamente
Cómo fantasmas que quieren encarnarse
A través de los cuerpos
Atravesar la puerta de la carne
Que a veces tienen muchos cerrojos
Cómo vulbas diversas qué esperan visitante
-No cualquier visitante-
Escribir de lo que nunca puede ser dicho con palabras
De lo que rumia por los túneles de la inconsciencia
De lo que grita y calla la entraña
De lo que quiere ser asesinado por el corazón de la belleza
Víctima de lo sublime
De aquello que te ataca
Con amor de garra
Tus puntos más sinceros
Verdades que acarician la piedra de tu ego
Verdades que acarician la piedra de tu ego
Verdades que acarician la piedra de tu ego
Hasta derretirla
Hasta hacerla arder en pasión de cerdo
Una sublime melodía
Tiempo peludo
Vamos tocando el vórtice de la esencia
Vamos cayendo en abismos etílicos
Andróginos deseos que buscan completarse
En sigo mismos
Con el otro jugando a ser nosotros
Un solo orgásmico organismo
Órgano de las estrellas
Escribir de lo que nunca puede ser dicho con palabras
De lo que rumia por los túneles de la inconsciencia
De lo que grita y calla la entraña
De lo que quiere ser asesinado por el corazón de la belleza
Música del misterio
Música del calor que calcina los huesos
Música de lo luminoso
Música de lo siniestro