La música de la locura
Fraguando en pinceladas de avestruz
Arañando el intento de colorear
El alba con tiempo herido de tiniebla
La mística de los establos celestes
Brujería casera para curar el mal
De los miedos que
atraviesan
Cráneos circenses
Y conjeturas densas
Un fuego que lucha
-con intentos salvajes-
Por permanecer ardiendo
En el centro de un enjambre
De insectos dónde moran
Lo elíxires del corazón
Y el latido de lo que murió
Candados custodian la batalla
Que se rige tras nuestros páramos lúgubres
De resurrección y falaz encantamiento
De locución espiritual
Es la voz de los cerezos
Y el coliflor, desflorándose
En la mitad
De los océanos
Allí tu voz, despidiéndose
De la voz que nunca escuchó
Con auriculares mortales
El sonido impronunciable
Del amor -ebullendo-
En el cuerpo más ardiente
Allí tu voz, cantándome
Historias de pasión secreto
Revolcándose en las tumbas
La soledad de los cerezos
Y mis fantasmas celebrando
En la fiesta del exceso
La llegada del lamento
Cuando tu amor y el mío
Para siempre ha muerto